sábado, 1 de enero de 2011

Pensar...

Sacude su cabeza, la mueve, la agita...esperando que todos sus pensamientos se esparzan, se alejen, desaparezcan. Podría ser así de sencillo y sin embargo no lo es. Han criado raíces profundas que se adhieren con fuerza en ese rincón que se ha ido haciendo cada vez más grande.
Pensar se ha convertido en una costumbre, su costumbre. Una dulce e intensa costumbre que nutre su deseo.
Abandonar ese pensamiento matará de inanición su esperanza. ¿Estará preparada? ¿Alguien lo ha estado alguna vez?

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