lunes, 31 de marzo de 2008

Doctor en Alaska (para Minito)

Las horas que me pasé trasnochando para poder ver al Doctor Fleishman los sábados por la noche. Creo que fui la última persona, del llamado primer mundo, en tener vídeo. Así que, no quedaba otro remedio que esperar a que llegara la deseada hora de ver las nuevas aventuras del joven doctor urbanita y neoyorkino, obligado a pasar algunos de sus años en ese remoto lugar de Alaska llamado Cicely.
Hasta la música me encantaba...todo era diferente en Cicely.

domingo, 30 de marzo de 2008

En una sala de cine

Sí, hoy va de cine, pero lo de menos es la película (Las hermanas Bolena) que no es de lo que quiero hablar. Estábamos en una sala pequeñita, no éramos mucha gente y cuando faltaban unos cinco minutos para que la película empezara, mientras yo me empapaba de los panfletos que regalan con las críticas de las películas, se colocó a mi lado una pareja joven (unos 30 años). Ella estaba embarazada, quizás de unos 6 meses. Es difícil calcular eso, al menos a mí me lo resulta, además era una chica muy delgada y quizás su barriguita aparentaba más de lo que era en realidad. Su pareja, sentado a su lado, le acarició la barriga y acercó su boca para decirle: "mira, ésta es tu primera película. No te preocupes que yo te la cuento". La acariciaba y besaba continuamente mientras la chica sonreía llena de satisfacción y colocando su mano sobre la de él.
Me pareció hermoso.

Cuatro meses, tres semanas y dos días

Hace unos días vi esta película. Me ha impactado tanto que creo que es la mejor que he visto en lo que va de año. Curiosamente, es otra historia de mujeres. En cierto modo recuerda a Caramel, aunque no tenga nada que ver el guión, pero son dos obras con la misma esencia: la amistad.
Ésta es concreto, es una película dura y creo que es casi imposible que pueda dejar indiferente a nadie. Quizás el hecho de pasarme casi toda la película sin apenas moverme, casi sin pestañear y con mi boca entreabierta, pueda definir lo que sentía mientras la estaba viendo. O quizás no, no indique nada, ninguna de las emociones que me hizo sentir, del dolor que unos cuantos fotogramas seguidos pueden llegar a causar en quien los está visionando o el no poder quitártela de la cabeza durante días.

¿Qué es la amistad? ¿Hasta dónde eres capaz de llegar por esa persona a la que consideras amiga? ¿Y cómo quien se dice tu amiga puede permitir que hagas determinadas cosas, aún a riesgo de tu propia vida?¿Cuál es el grado de desesperación que se puede llegar a sentir en determinados momentos, que hace que no seas capaz de ver los riesgos y que arriesgarte sea la única solución, incluso pudiendo llegar a perder la vida?
No sé, puede que sean demasiadas preguntas y difíciles de contestar.

De todos modos, a pesar de la dureza y de ser una tragedia desgarradora, esta película es un canto a la amistad. Quizás recomendable para todas esas personas que creen que ésta no existe.
Cuatro meses, tres semanas y dos días. Sólo puedo decir, maravillosa y felicitar el trabajo de la actriz sobre la que recae todo el peso de la película: Anamaria Marinca


jueves, 27 de marzo de 2008

Miedo

Si miro hacia atrás me doy cuenta de que nunca he tenido miedo, entendiendo el miedo como ese sentimiento que surge por la sensación de una amenaza. Nunca me he sentido amenazada. Pero la realidad es que no existe humano ni animal que no sienta miedo, por un simple instinto de supervivencia y defensa. El hecho de estar alerta ante los peligros hace que se perpetúe la especie. Éste es el miedo que Doña Pilar Jericó denomina como: "equilibrante", por su asociación a la prudencia. El problema llega cuando este miedo equilibrante se prolonga en el tiempo y sin ningún tipo de justificación aparente (siempre recordaré a una amiga, compañera de piso en la universidad que por las noches tenía que tener todas las puertas de la casa abiertas y había que acompañarla al baño porque no se atrevía a salir del salón).
Entonces ¿qué es el miedo? ¿cómo definirlo? Si acudimos a los griegos resultará fácil explicarlo.

Venus, diosa del amor, mantuvo un romance con Marte, dios de la guerra. De él nacieron cinco hijos: Cupido (dios del amor erótico), Anteros (dios del amor correspondido), Cocordia (diosa del equilibrio y la belleza), Fobos (la fobia) y Deimos (el miedo). Como vemos, el miedo por tanto procede de la unión del amor y la guerra.
De este modo, en una pareja que siente amor, siempre existirá el temor a perderlo.
Miedo al rechazo, al fracaso, a no poder llegar a fin de mes, miedo a sufrir algún tipo de cambio en nuestras vidas e incluso, miedo a la felicidad.
Otro de los habituales, sería el miedo al dolor, creo que ese es universal. No conozco a nadie que no tema al dolor. Yo soy un claro ejemplo. Pero no temo sólo al dolor físico, temo al dolor del alma, al dolor mental manifestado en debilidad. He sentido los dos tipos de dolor y el del alma es tan dañino que es capaz de reflejarse en dolor corporal...huyo de él para que no me atrape.
Creo que también tengo miedo a vivir (y eso que no era miedosa) y ese miedo es el que más me perjudica. Miedo a salir del nido en el que me siento protegida y en el que sé que ni siquiera el dolor puede alcanzarme porque siempre tendré las manos de mi madre.

Pero, y ¿cómo se vence el miedo, ese miedo del que hablaba antes, ese que se prolonga en el tiempo? Según Doña Pilar Jericó, antes mencionada: "para superar los miedos lo mejor es centrarnos en nuestra motivación trascendente, aquella que nos empuja a seguir adelante a pesar de los riesgos".
Victor Frankl fue un psiquiatra judío que pasó la segunda guerra mundial en varios campos de exterminio, entre ellos Auswitz. Según él, no se salvaron de aquel infierno los más fuertes, ni los más cultos, ni los mejor preparados, sino aquellos que tenían una motivación más allá de su propia vida: "cuando salga escribiré un libro", "cuando salga veré a mis hijos", "cuando salga contaré esto al mundo".
Como decía Nelson Mandela:
"No es valiente quien no tiene miedo, sino quien sabe conquistarlo".

Soledad

Esta canción me la ha dedicado mi querido primo y amigo en su blog. No he podido resistir la tentación de ponerla en el mío, para que jamás se me olvide el detalle. Es una canción hecha para mí, así lo siento.
Gracias

miércoles, 26 de marzo de 2008

¿Qué somos?

Muchas veces me he hecho esa pregunta; quizás no soy la única persona en este mundo que se la haga, pero si me pongo a pensar de forma concienzuda en ello llego a conclusiones que no me gustan. Y es que todos vivimos las mismas vidas, somos como la misma historia que se repite una y otra vez, somos ese personaje novelesco recurrente. ¿Pero quienes somos realmente? ¿Llegamos a perder nuestra propia y única identidad?¿Somos lo que en realidad deseamos ser o somos lo que los demás esperan de nosotros que seamos? ¿Nos revelamos ante la norma general o seguimos el camino trazado? Pero, ¿por qué no probamos a meter el pie en la cuneta, a meternos en el charco? ¿Qué puede ocurrir? Quizás unos nos sintamos perdidos y no sepamos hacia dónde dirigirnos, y empapados de realidad nos perdamos de nuevo; otros en cambio descubran su verdadero lugar en el mundo.
No todos sentimos la necesidad de nacer para procrear y formar una familia al uso. Recuerdo hace algunos años, cuando dije eso en mi casa y me miraron como a un ser extraño, es más, estoy segura de que mi familia piensa que soy una persona rara, en cuanto a fuera de lo común, quizás porque no siento las necesidades que se me presuponen como mujer. Y yo, prefiero mirar a los ojos.

Dicen que cuando hablamos con alguien y miramos a sus ojos, podemos saber el grado de confianza que tenemos en ella, por el ojo en el que centramos nuestra mirada.

Sea como sea, dentro o fuera de lo trazado, centrando o no la mirada en un ojo determinado, mirar a los ojos del que habla, como si de ellos emanaran las palabras, hace que me sienta diferente, consigue que piense que soy capaz de adentrarme en sus pensamientos a través de sus pupilas.

martes, 25 de marzo de 2008

¿Sexo?

Aquella mañana se levantó de la cama rápidamente, no debía desaprovechar el tiempo. Tantas cosas por hacer...la maleta, la ropa apropiada para la fiesta, los complementos adecuados y el maquillaje. No podía olvidarse nada. Para llegar hasta allí podía llevar ropa cómoda, era verano y el viaje duraría un par de horas. Un pantalón, una camiseta de tirantes y unas sandalias bastarían.
Durante el trayecto iba nerviosa, incluso emocionada por la fiesta a la que acudía. Llegó a su destino. El hotel fue más fácil de encontrar de lo esperado. Aparca frente a él y se siente satisfecha de no haberse perdido y poder dejar el coche en un sitio seguro.
Después de pasar por recepción, sube a la habitación asignada, deja todos sus bártulos y se tira sobre la cama, después de lanzar las sandalias, respirando profundamente y aliviada por haber llegado. Pero no queda más tiempo para reposar y debe empezar el ritual del cambio de imagen.Se quita los pantalones, la camiseta y la ropa interior. Entra en el cuarto de baño, se mira al espejo y tras tocarse el pelo y exhalar un profundo suspiro, se lo recoge para poder maquillarse; los labios rojos y los ojos oscuros, resaltando así su mirada. Se suelta el pelo y sacude la cabeza boca abajo. Perfecto, el resultado le agrada y se siente atractiva y deseable.
Se pone un sujetador negro sin tirantes, unas braguitas negras y vuelve a mirarse al espejo. Se siente bien, el negro la favorece sobre su piel morena por el sol del verano. "Ojalá él pudiese verme ahora"-piensa.Sólo queda el vestido; en un segundo un vestido negro de tirantes, pasa por su cabeza, se desliza por su cuerpo hasta quedar perfectamente encajado en su cuerpo. Se pone sus sandalias negras de tacón alto, los pendientes, el anillo y ultima los elementos básicos que deben estar en su bolso, incluido el teléfono.
Con todo ya en su sitio, vuelve a mirarse al espejo y le gusta lo que ve: "No estoy nada mal". Sonríe pícaramente.
El tiempo apremia, no quiere llegar tarde.
Aparece en la fiesta, una fiesta que comienza por la tarde, una tarde calurosa de verano. No conoce a casi nadie, sólo a tres o cuatro personas, pero siente las miradas de los extraños (quizás por desconocer quién es esa mujer). Después de unas horas riendo, charlando, comiendo, bebiendo alguien se le acerca y le dice: "Tus ojos son preciosos". No se lo esperaba y apenas puede responder un "gracias, eres muy amable".
La fiesta continúa, todo el mundo baila y bebe. Ella va al baño, ya son más de las doce de la noche y entre esa maraña de mujeres que se miran al espejo y retocan sus maquillajes, suena su teléfono. Lo saca del bolso y ve que es él. Sale corriendo del baño, allí no se puede oír nada, sube las escaleras y llega a la calle.
- No esperaba tu llamada hoy, y menos a estas horas.
- ¿No querías que te llamase?
-¿Estás loco? Me moría por escuchar tu voz.

Ella camina despacio hacia el aparcamiento que hay en plena calle y repleto de coches aparcados en batería. Se coloca entre dos, como buscando intimidad para poder seguir hablando con él.
-¿Qué tal la fiesta?
-Como todas, nada digno de reseña, le contesta ella con la emoción de tener su voz en sus oídos.
-¿Qué te has puesto?
Ella lo relata con todo lujo de detalle y él le dice: "Si estuviese ahí ya tendrías mi mano entre tus piernas". Los dos sonríen de forma cómplice y deseosos de que eso pudiera convertirse en realidad en ese momento.El ambiente comienza a caldearse y ella ya no está tan pendiente de que alguien pueda llegar a buscar su coche y que ése sea, precisamente en el que ella está apoyada. Sin pretenderlo, la conversación se convierte en una confusión de susurros y palabras calientes que provocan los jadeos de los dos.De pronto, él le dice:
- Mete tus dedos dentro de tus braguitas, introduce un dedito en tu precioso coñito y dime cómo estás.Ella, sin dudarlo un instante lo hace, no le importa que puedan ver cómo tiene que levantarse el vestido para poder hacerlo.
- Estoy empapada, cariño.
-Chúpate el dedo (ella lo hace sin dudar)Él suelta un gemido de placer al escucharla con esa voz susurrante y jadeante que tiene ella.
-¿Cómo estás tú? Pregunta ella.
-Listo para follarte, putita mía.
En ese momento todo se confunde, los jadeos de uno y otro, los gemidos, su voz en el oído de ella animándola a que se masturbe y ella, como una sumisa que obedece las órdenes de su dueño, lo hace ahogando los gritos, pero totalmente desinhibida ante tanto placer. Él hace lo mismo al otro lado del teléfono y sus gemidos, suspiros y jadeos se mezclan con los de ella formando uno solo.
-Ahora quítate las braguitas y mételas en el bolso, quiero que vuelvas a la fiesta sin ellas.
Ella obedece de nuevo.De repente es consciente de dónde está, en aquel aparcamiento donde cualquiera podría haberla visto.
-¿Te das cuenta de lo que acabo de hacer? Le dice ella.
-Me ha encantado, me gustas así, salvaje y sin miedo.
-¿Sabes que te deseo? zorrita mía.
Y yo me pregunto, ¿es esto sexo? Si no lo es, se le parece.

lunes, 24 de marzo de 2008

Eutanasia

No, no creas que copio tu post. Como sueles decir, mi blog es tétrico, oscuro y no podía dejar pasar la oportunidad de dar mi opinión sobre la eutanasia; un tema que aparece y desaparece del mismo modo que aparecen las personas que piden de forma desesperada el derecho a una muerte digna.
Junto con el derecho al aborto, la eutanasia es uno de los mayores debates éticos de nuestro tiempo, unido éste al concepto de suicidio asistido.
Quizás lo más justo es empezar por el principio y ése es la etimología de la palabra eutanasia: eu = bueno, thanatos = muerte, que significa "buena muerte".
Y su significado primero, en la antigüedad greco-romana, sin que se llamara de esa manera, fue: "Felici vel honesta morte mori" (morir con una muerte feliz y honesta), lo que significa el morir bien.
La palabra “eutanasia” aparece en el siglo XVII, atribuyéndose al filósofo Francis Bacon, y ésta fue concebida como: "La aceleración de la muerte en un hombre enfermo".

En la Edad Media, Tomás Moro, afirma por una parte que se debe prestar a los moribundos todo cuidado y solidaridad. Pero considera que, en casos de dolores extraordinarios, se puede recomendar poner término a su vida. Se le puede causar la muerte al enfermo, si éste está de acuerdo.

Los profesionales de la medicina, sin embargo, tienen que someterse a un juramento, el Hipocrático en el que juran: "Jamas daré a nadie una medicina mortal por mucho que me lo soliciten". Esto parece estar éticamente en contra de la eutanasia o del ya nombrado, suicidio asistido.
Pero si recordamos a los filósofos de la antigüedad, como por ejemplo Séneca, éste diría: "Es preferible quitarse la vida, a una vida sin sentido y con sufrimiento". Epícteto, por su parte, predica la muerte como una afirmación de la libre voluntad.

Hoy, la eutanasia significa "la acción médica por la que se provoca la muerte de una persona enferma".
Como podemos observar el debate no es nuevo, ¿eutanasia sí, o eutanasia no?.

La muerte es difícil de aceptar por los que rodean al enfermo, quizás es una parte de nuestro egoísmo, que hace que pensemos más en nosotros mismos que en el propio enfermo. ¿Qué será de mi vida sin él? ¿cómo voy a vivir sin él? Siempre pensamos en el yo y no en el tú. ¿Por qué nos empeñamos en prolongar algo irreversible? Aferrarse a una persona, aunque sea durante minutos, es lícito, pero también es lícito que esa persona quiera dejar la vida con un mínimo de dignidad.

¿Quién de nosotros no tiene un caso en el que el haber recurrido a la eutanasia hubiese evitado el sufrimiento a la persona que quieres? Quizás, en realidad, sea un acto de amor. Amor, sí, porque tener un cáncer de huesos que te devora en un par de meses, con unos dolores tan terribles que no pueden tocarte porque sientes que te rompes y alargan tu agonía con la morfina un día más, otro más, hasta que por fin, deja de ser lo que nunca había sido; un ser con delirios y con la mente atrofiada por todo lo que entra en su cuerpo, no pueda decirse que sea un acto de amor a esa persona, más bien es un acto de amor a uno mismo.

Si cuando tenemos un animal en casa, el veterinario, ante su enfermedad te dice que es tan grave que sólo le acarrea sufrimiento y que lo mejor es ponerle fin y nosotros, a pesar del amor que sentimos por él, porque forma parte de nuestras vidas, o precisamente, por ese amor que le tenemos queremos evitar que tenga un final cruel...¿qué es lo que nos impide que hagamos lo mismo entre nosotros, los seres humanos?

François Miterrand, al comprobar en su propio cuerpo los efectos de una enfermedad devastadora, hablando de la muerte dice:

“En el instante de mayor soledad, con el cuerpo enfermo al borde del infinito, se establece una percepción del tiempo que escapa a los parámetros habituales. Con la ayuda de una presencia amiga a quien expresar el dolor y la desesperación, los enfermos llegan, a veces en pocos días, a abrazar su vida entera, a apropiarse de ella, a discernir la verdad que entraña. Descubren la libertad de aprehenderse a sí mismo. Como si, en el momento final, todo se desvinculase del fárrago de las penas y las ilusiones que impiden pertenecerse a sí mismo. No dilucidan el misterio de la vida y de la muerte, sino que lo viven plenamente.
(…) La muerte puede hacer que un ser humano llegue a ser aquello a lo que estaba destinado; la muerte puede ser, en el sentido más completo del término, un cumplimiento”


¿Qué más se puede decir? Después de estas palabras, sólo que desde el momento del nacimiento comienza la cuenta atrás para encontrarnos con la muerte y que en nuestra sociedad no estamos educados para aceptarla como parte de la vida.

domingo, 23 de marzo de 2008

Princesas

Uno de los libros que más me ha fascinado, no sólo por lo que dice, sino, por las maravillosas ilustraciones de Rébecca Dautremer, se llama Princesas (olvidadas o desconocidas). En principio un libro para niños, pero que su magia atrae a los adultos (al menos a mí). ¿Con cuál de ellas puedes identificarte?, quizás tengamos un poco de cada una de ellas, porque son princesas diferentes, princesas extrañas, raras (que diría mucha gente).Yo tengo especial predilección por la Princesa Amnesia que tiene que dejarse post por todos los lados pegados diciendo cosas como: "No olvidarme de pensar en que debo acordarme de recordar." (Una frase genial, al menos eso me parece a mí).
Incluso al final del libro hay un test para saber qué clase de princesa eres (lo que me ha salido a mí, me lo reservo, es un secreto encerrado y que no desea escapar).Un libro fabuloso que jamás dejaré de recomendar.

  • Soñar es contarse historias que todavía no se conocen. (Blandina)
  • Cantar es como colorear las notas. (Fasolá)

  • Cuando ríe se suelen romper las copas, y cuando llora, resulta tan hermoso que todo el mundo le aplaude. (Dorremí)

  • Bailar es como volar sobre el suelo. (Zulú Zazú)

  • Palabras dulce, palabras locas, palabritas, palabrotas, palabras cálidas, palabras graciosas, palabras blandas, palabrejas. (Deletrea de Eritrea)

  • Las palabras viajan y cuando vuelven ya no se las entiende. (Farragosa)

  • Un capricho no es más que una chispa de mal humor. (Caprichosa)

  • Enfadarse es empujar una pared que no se moverá nunca. (Katapum)

  • No sonreír es como dejar de regar las plantas. (Varaseca)

  • La noche es como un agujero en cuyo fondo se puede una esconder. (Noche)

  • Completamente irreconocible, nadie sabe nunca dónde está ni qué aspecto tiene. (Sin Rostro o Mil Rostros)

  • El ladrón es un mago al que nadie aplaude. (Plisplas Noloverasmás)

  • El azar es una historia de final desconocido (Pitonisa)

  • Los secretos están encerrados y su único deseo es escapar. (Confidente)

  • Cuando olvido algo, es que una idea juega al escondite dentro de mí. (Amnesia)

  • Su reino está hecho a su imagen: trastornado, pblado de ingenuos chiflados, y de lunáticos chalados. (Majara)

  • Yo no sé quién soy, tú no sabes quién eres. (Barbadulce)

  • La vida cuelga de un hilo. (Roma Romaní)

  • La selva es una inmensa habitación desordenada. (Selva)

  • Un día recogí en mi jardín el velo rojo de una princesa lejana. (Arenas)

  • Como todas las siamesas son inseparables. Visten el mismo kimono y comparten un par de chanclas. Tú y Yo, Yo y Tú. (Ding Dong)

  • Un indio es un cazador de sueños. (Cuarto de Luna)

  • Allá por donde pasa esta princesa, no vuleve a crecer la hierba. (Tremenduskah)

  • Princesa de un día, princesa de por vida. (Efímera de China)

  • El agua es una traje que no permite que nadie lo vista. (Anguila de la Isla)

  • Vive sola en un inmenso palacio de hielo y cristal. (Hielos)

  • Buscar sin saber quién es y estar segura, si embargo, de reconocerlo. (Sapina)

  • Un día tan luminoso como una estrella en la noche. (Mirameh)

Geishas

Siempre me ha atraído el mundo oriental, especialmente la cultura japonesa; y cómo no, las Geishas.
Pintora, poetisa, música y bailarina a la vez, la geisha encarna a una "mujer de sueño" ni madre, ni esposa; ni mujer, ni niña, ni prostituta...
Secuestradas, robadas, vendidas a partir de los cinco años, las niñas pertenecientes a las familias arruinadas de la ciudad o del campo se hallan entonces recluidas durante largos años en esos barrios llamados "de los placeres", convertidas en "maiko" (aprendiz de geisha).
Todo el aprendizaje estaba lleno de vejaciones, injusticias y selecciones. No importaba tanto su belleza como su conversación, su cultura y sus conocimientos políticos. Educadas para dar placer y prestigio a sus patrones, no eran dueñas de sí mismas.
Me resulta curioso el hecho de que una maiko sea despojada de su propio nombre, recibiendo uno nuevo que nada tiene que ver con la persona responsable de su formación, porque una geisha siempre debe tener un nombre con la primera sílaba de su hermana mayor.
Sin embargo, existe cierta confusión, especialmente fuera de Japón, sobre la naturaleza de la profesión de las geishas, debido a las prostitutas japonesas que quieren ligarse al prestigio de las geishas promocionándose como geishas ante los turistas.
Tradicionalmente, la geisha debe mantenerse soltera. Mientras que los compromisos generalmente incluyen coquetear e incluso bromas sugerentes. nunca incluyen actividad sexual, y una geisha no es pagada por sexo, aunque algunas pueden elegir tener una relación que incluya el sexo con algún cliente; y debido a que estas relaciones están vinculadas con la capacidad del cliente de pagar por los servicios tradicionales, puede confundirse con una manera complicada de prostitución. Aunque una geisha y su danna podrían estar enamorados, la relación está sujeta a la capacidad del danna de entregar algún aporte financiero.
Las geishas modernas aún viven en tradicionales casas de geisha llamadas okiya en áreas denominadas hanamachi (‘calle de flores’), generalmente durante su aprendizaje, pero muchas pueden vivir en sus propios apartamentos. La elegante y alta cultura en la que viven las geishas se llama karyūkai (‘el mundo de las flores y sauces’).Las jóvenes con aspiraciones a geisha comienzan su entrenamiento después de completar los primeros años de secundaria o incluso en secundaria o estudios superiores, empezando su carrera en la adultez. Las geishas aún estudian instrumentos tradicionales como:

En el Japón moderno, las geishas y maiko son bastante inusuales. En los años 1920 había alrededor de 80.000 geishas en Japón, pero hoy en día hay aproximadamente 1.000. Sin embargo, es propable observar por las calles a algunas "maiko", yendo o regresando de una cita.


sábado, 22 de marzo de 2008

El Destino

El destino ha tenido y tiene varias interpretaciones a lo largo de la historia y en las diferentes culturas. Tiene por tanto múltiples interpretaciones y elaborar una única es un trabajo, de antemano, casi imposible.
Sin embargo, ¿quién no ha hablado alguna vez del destino?
Unos opinan que nada está marcado, que cada individuo es libre de construir su propio destino a través de las decisiones que toma a lo largo de su vida. Pero ¿qué le induce a escoger un camino y no otro?, ¿es que está predestinado a tomar esa decisión, una única decisión y ninguna de las otras que se le presentan?
Del mismo modo que nada se crea de la nada, ¿es que las cosas pueden darse por azar, por pura casualidad? Si todo tiene una causa, y es algo en lo que creo firmemente, es que estaba predestinado desde el momento que surge la causa. Un ejemplo, este año mi trabajo dio un giro inesperado, algo con lo que no contaba. Aunque lo que me habían reservado no era lo que quería, el pesimismo y la angustia me invadieron de tal forma que creí que mi destino estaba marcando el rumbo de mi vida por otros caminos, que yo, desde luego, no había elegido. Pero una amiga me llamó y me dijo: "Todo ocurre por algo, no lo olvides nunca y si ha dado ese giro, estoy segura de que es porque algo mejor te está aguardando; todo está escrito".
Y algo mejor me aguardaba, estaba ahí, esperándome a mí.

En la vida se pueden presentar muchos caminos por los que llevar a cabo tu andadura, pero elegimos uno y no otro, entre todas las opciones que se presentan, caminamos por uno, sólo por ése. Puede que existan muchas bifurcaciones pero tú siempre, de forma no sé si consciente o inconsciente te decides por uno. ¿Todo está escrito desde el mismo momento en el que naces? Quizás está escrito desde mucho antes de ser engendrados.

Esto me lleva a recordar "El complejo de Edipo": "Un oráculo anunció a Layo, rey de Tebas, que los dioses le castigarían por sus pecados. Si algún día tenía un hijo, éste mataría a su padre y se casaría con su madre. Layo intentó durante un tiempo no tener hijos, pero el único método anticonceptivo disponible en aquella época exigía una férrea disciplina…, y no se pudo aguantar. En una borrachera, dejó embarazada a su esposa Yocasta. Ni corto ni perezoso, entregó a su pequeño Edipo a un pastor para que lo abandonara en el bosque. El pastor se apiadó, lo entregó a unos padres adoptivos y Edipo se hizo hombre. Ignorante de su origen, mató a su padre en una pelea y se casó con su madre".
Para los antiguos griegos, probablemente la moraleja de la historia era algo así como «no puedes escapar al castigo de los dioses, hagas lo que hagas te encontrarás con tu destino.
Y tal y como dice Jean de la Fontaine en una frase que yo comparto plenamente, porque creo que nada puede definir mejor lo que pienso: "A menudo encontramos nuestro destino por los caminos que tomamos para evitarlo".

viernes, 21 de marzo de 2008

Lo que las mujeres buscan

En una breve conversación, un hombre le pregunta a una mujer:
"¿Que tipo de hombre estás buscando?".
Ella se quedó un momento callada antes de mirarle a los ojos y le preguntó:
"¿De verdad quieres saberlo?"
Él respondió: "Si" Ella empezó a decir:

"Siendo mujer en esta época, estoy en una posición de pedirle a un hombre lo que yo sola no puedo hacer por mí. "Yo pago todas mis facturas. Yo me encargo de mi casa sin la ayuda de un hombre. Yo estoy en la posición de preguntar, "¿qué es lo que tú puedes aportar en mi vida?"

El hombre se quedó mirándola. Él claramente pensó que ella se estaba refiriendo al !dinero! Ella rápido sabiendo lo que él estaba pensando dijo:
"No me estoy refiriendo al dinero. Yo necesito algo más. Yo necesito un hombre que luche por la perfección en todos los aspectos de la vida.
" El cruzó los brazos se acomodó en la silla y mirándola le pidió que le explicara"
Ella dijo: "Yo busco a alguien que luche por la perfección mental, porque yo necesito a alguien con quien conversar y que me estimule mentalmente. Yo no necesito a alguien mentalmente simple. Yo estoy buscando a alguien que luche por la perfección interior. No necesito a un hombre que luche por la perfección financiera porque yo no necesito un cargo financiero. Yo necesito a alguien suficientemente sensible para que me comprenda por lo que yo paso en la vida como mujer, pero suficientemente fuerte para darme ánimos y no dejarme caer. Yo estoy buscando a alguien el cual yo pueda respetar. Yo no puedo respetar a un hombre que no pueda arreglar él mismo sus problemas. Yo no tengo ningún problema con admirarle, simplemente él tiene que merecérselo. Yo no puedo ayudar a un hombre que no se puede ayudar a sí mismo. Cuando terminó, ella le miró a los ojos viéndolo confundido y repleto de interrogantes. Él le dijo: "Estas pidiendo mucho".

Ella le contestó: "Yo valgo mucho". ¿Eres tú lo que busco?

De Carlos Marx para Jenny

Querida mía:
De nuevo te escribo porque me encuentro solo y porque me apena siempre tener que charlar contigo sin que lo sepas ni me oigas, ni puedas contestarme.
La separación temporal es útil ya que la comunicación constante origina la apariencia de monotonía que lima la diferencia entre las cosas. Hasta las torres de cerca no parecen tan altas, mientras las minucias de la vida diaria, al tropezar con ellas crecen desmesuradamente. Lo mismo sucede con las pasiones: los hábitos consuetudinarios, que como resultado de la proximidad se apoderan del hombre por entero y toman forma de pasión, dejan de existir tan pronto desaparece del campo visual su objeto directo. Las pasiones profundas, que como resultado de la cercanía de su objetivo se convierten en hábitos consuetudinarios, crecen y recuperan su vigor bajo el mágico influjo de la ausencia.Así es mi amor. Al punto que nos separa el espacio, me convenzo de que el tiempo le sirve a mi amor tan solo para lo que el sol y la lluvia le sirven a la planta: para que crezca. Mi amor por ti, cuando te encuentras lejos de mí, se presenta tal y como es en realidad: como un gigante; en él se concentra toda mi energía espiritual y todo el vigor de mis sentimientos.
Adiós, querida mía.
Tu Carlos.

jueves, 20 de marzo de 2008

La Soledad...

Dicen los psicólogos que tres características definen la soledad:
1.- El resultado de relaciones sociales deficientes.
2.- La experiencia subjetiva ya que uno puede estar solo sin sentirse solo o sentirse solo cuando se halla en grupo.
3.- El proceso de generar angustia.
También nos dicen que hay dos tipos de soledad: la personal (ausencia de una relación íntima con alguien) y la social (carencia de amistades).
A muchos nos gusta decir que nos encanta vivir solos, pero en realidad, no estamos solos...lo único que hacemos es elegir nuestros momentos de aislamiento necesarios (para algunos) para poder desconectarse y desvincularse de lo que hay alrededor durante unas horas o unos días.
Pero eso no es la soledad, la soledad es cuando tú no tienes la capacidad de elegirla y ella te elige a ti. Te atrapa con sus tentáculos y no puedes escapar. Ésa es la verdadera soledad. Y esa es la realidad que vivimos en esta era donde se ha luchado por la independencia y la libertad sin impedimentos. Lo hemos conseguido sí; asegurar a quien lo logra que de este modo será feliz y la dicha inundará su vida, son potentes razones para no poder evitar caer en la tentación de tales conquistas.

Pero, si lo pensamos un poco ¿qué hemos logrado en realidad? Sí, eso mismo, eso que estás pensando: la soledad, siendo quizás ese nuestro ¿preciado? tesoro. Sólo existe el "yo" y se hace tan grande que nos impide "llenarnos" de otros. Por tanto, la soledad "elegida" en cierto momento de nuestra vida, se torna en una pesada losa que nos conduce a la "soledad" no elegida.
Vivimos una especie de competición donde el "yo" es lo más importante y esa carrera nos lleva de forma irremediable a la soledad que ni los teléfonos móviles, ni los chats ni la capacidad individual de elegir un destino para viajar, puede evitar. Porque al final, estamos solos.

Si la soledad aparece cuando eres consciente de que no eres nada para nadie, que no significas nada para nadie, la solución será importarle a alguien y que se alguien te importe a ti. Quizás, ese amor (sea del tipo que sea) del que he hablado en otro post, sea el encargado de acabar con la soledad...¿quién sabe?

jueves, 13 de marzo de 2008

No a la violencia de género

Una amiga me ha enviado esta maravilla (al menos desde mi punto de vista). Los padres son el espejo en el que se miran los hijos. Luchemos por una educación en la que seamos capaces de desterrar las desigualdades por cuestiones de sexo y un mundo en el que ninguna persona sea una pertenencia de otra. No transmitamos a los niños que la agresión y la violencia es el camino.
Pincha en el enlace.
http://es.youtube.com/watch?v=GcRY4YQNvQg

¿Sobrevivirá?

Parece una tontería, pero a mí me ha encantado (soy rara, lo sé)

lunes, 10 de marzo de 2008

Locura

Al hilo del post anterior he recordado un libro de Paulo Coelho, (creo que es el único que he leído de él que realmente me ha enganchado) que se titula: "Verónika decide morir". A grandes rasgos trata sobre la historia de una mujer joven, que lo tiene (aparentemente) todo en la vida y sin embargo, una mañana decide quitarse la vida. Al no conseguirlo, es ingresada en un hospital psiquiátrico donde va a descubrir una serie de sentimientos, antes no experimentados y además revalorizará su vida. Pero esta historia es una historia, ante todo, sobre la locura. Es una historia sobre todos aquellos que no siguen el camino marcado porque sienten la necesidad de encontrar otros nuevos; éstos son los considerados locos y los que siguen la senda son los "normales".
¿Quiere esto decir que para alcanzar la felicidad haya que quebrantar las normas? No, no es necesario, simplemente nos educan para caminar por donde todo el mundo lo hace, para cumplir reglas e impiden que salga a flote nuestro universo interior; que nos manifestemos como realmente somos por temor a tomarnos por locos.
La novela nos muestra de forma sutil que seamos capaces de plantearnos hacia dónde vamos y que conozcamos el verdadero valor de nuestras vidas, de nuestra existencia.
El hecho de ingresar en un centro psiquiátrico y una vez allí, diagnosticarle una lesión cardíaca irreversible, hace que Verónika aprecie todo lo que se está perdiendo en el exterior, a apreciar la vida con la que una vez quiso acabar, a apreciar la vida que realmente quiere vivir. Toda vida desemboca en la muerte, pero ¿por qué ésta ha de ser infeliz? ¿Vivir y morir como uno desea, es malo? ¿Alejados de las reglas que se supone todos debemos cumplir aunque no dejemos salir lo que realmente llevamos dentro?

En una pasaje de la obra se dice:
"Cuando yo aún era joven y ejercía la profesión de abogada, leí cierta vez a un poeta inglés, y una frase de él me impactó mucho: «Sed como la fuente que se derrama y no como el tanque que siempre contiene la misma agua.» Siempre pensé que él estaba equivocado: era peligroso derramarse porque podemos terminar inundando zonas donde viven personas queridas, y ahogarlas con nuestro amor y nuestro entusiasmo. Entonces, procuré comportarme toda la vida
como un tanque, nunca yendo más allá de los límites de mis paredes interiores.
Me transformé en exactamente aquello que había luchado tanto por evitar, en una fuente que se derramó e inundó todo a mi alrededor. El resultado de eso fue mi ingreso en un psiquiátrico".

martes, 4 de marzo de 2008

Suicidio

A la mayoría de la gente que conozco, le resulta difícil ponerse en el lugar de una persona que decide acabar con su vida; sin embargo, yo empatizo con ellos. Siempre lo he hecho. Podría recurrir a eso tan trillado que es si quien se suicida es un valiente o un cobarde, pero ¿para qué?
Para casi todo el mundo es un acto de cobardía por no ser capaz de afrontar sus problemas. Pero, ¿de qué problemas hablan? ¿qué sabemos nosotros de lo que pasa en la vida de esa persona o lo que pasa por su cabeza? Quizás, no exista un problema tangible, susceptible de ser solucionado a través del recurso material. A veces...muchas veces, se trata de unos pensamientos que te persiguen; una serie de ideas sobre las que se medita y se llega a la conclusión de que no respirar más, no es una mala idea, sino la solución a la incapacidad de evitar que tu mente te domine y haga que seas incapaz de controlar tu vida. Si lo piensas fríamente, ¿serías capaz de dar fin a tu vida?¿Resulta un hecho sencillo? No lo creo, pasar el filo de la cuchilla por tus muñecas tiene que requerir un gran esfuerzo y la capacidad de reunir el valor suficiente para hacerlo.

Me surge una duda, ¿todo el que se suicida, experimenta en algún momento, aunque sea una décima de segundo, algún tipo de arrepentimiento?

Tengo una amiga que dice que llegamos a la vida sin saber cuándo vamos a hacerlo y que tenemos que irnos cuando nos llegue el momento y no adelantar ese hecho; que no nos pertenece a nosotros decidir cuándo es el instante de abandonar la vida. Puede que tenga razón, pero eso me conduce directamente a la eutanasia...y ese ya es otro tema.

sábado, 1 de marzo de 2008

Sueños

Cari Gustav Jung, definió el sueño como: "Una parte de actividad psíquica inconsciente, que tiene lo suficiente de consciente como para ser reproducible en estado de vigilia".
El mismo año que Cari Gustav Jung nació, el investigador de sueños F.W.Hildebrandt, escribió: sobre el sueño: "El sueño a menudo nos deja mirar profundidades y pliegues de nuestro ser que casi siempre nos son vedadas en estado de vigilia. Nos trae tan finos chispazos del conocimiento de nosotros mismos, que al despertar nos queremos asombrar de los demonios que con ojos de lince nos miran a la cara."
El filósofo Aristóteles le dio al sueño la denominación: "Espejo del alma".
¿Con qué definición quedarse? Las tres me parecen tan descriptivas y profundas, y a la vez tan sencillas que no sabría elegir.
Sirva esto de introducción para evocar uno de mis sueños recientes. ¿Sueño o realidad? En ese momento que estás en pleno sueño no distingues, no eres capaz de discernir si está ocurriendo de verdad. Suelo soñar en color, me dicen que es raro, pero casi todos mis sueños son así. Sin embargo, éste no tiene color, sólo sonidos, porque me desperté con mi mano en la oreja, a modo de teléfono, y manteniendo una conversación con otra persona. Fue tan extraño. No me desperté de repente, como en otras ocasiones en las que lo hago y me descubro llorando sin recordar bien el contenido del sueño. Simplemente siento mis sollozos. En esta oportunidad me desperté hablando, como si alguien me escuchase en alguna parte. Fue una sensación extraña. Rápidamente busqué el teléfono, como si quisiera demostrarme a mí misma que sí había estado hablando y que el teléfono se cayó de mis manos sin darme cuenta y yo seguía con mi conversación, desperezándome. Por supuesto, el teléfono no estaba en la cama, estaba en su sitio. Comprobé, no obstante, que no había sonado, que no había ninguna llamada. Me mantuve despierta largo rato, sin poder desprenderme de esa sensación tan inusual, tan poco reconocible, tan extraña.
Puede que sea cierto que los sueños son el espejo del alma y que nos muestra un conocimiento de nosotros mismos que nos resulta casi imposible asimilar. ¿Quizás es que es en los sueños donde realmente nos mostramos tal y como somos, donde manifestamos nuestra esencia? O tal vez, como decía Freud: "Los sueños son una forma de realizar deseos y que muchos deseos son el resultado de deseos reprimidos o frustrados".
Quién sabe...a mí me encanta soñar. Aunque en la mayoría de las ocasiones ese sueño pueda recordarlo apenas un instante... está en mí, forma parte de mí.