Todos, en alguna ocasión mentimos. Pequeñas mentiras, insignificantes, que en determinados momentos nos ayudan a catalizar, a favorecer que un proceso se desarrolle.Pero ¿qué ocurre cuando alguien cuenta una mentira tras otra? ¿Qué ocurre cuando la gente hace de su vida una mentira que crece y crece hasta convertirse en la única verdad? Cuando la mentira se utiliza para esconder, engañar y tapar actos poco éticos, se convierte en un arma mortífera que actúa directamente en las entrañas.
Dame verdades amargas y olvida las dulces mentiras. De las primeras puedo reponerme.
