A veces, ocurren cosas que me hacen pensar en el porqué de la necesidad que tienen algunas parejas de mortificarse con temores y desconfianzas. ¿Quizás es que nos gusta sufrir de forma innecesaria? ¿O quizás es que ante el temor de perder a quien se quiere se reacciona de forma posesiva e inquisitoria?Sea lo que fuere, de lo que no hay duda es de la necesidad de atención que todos, en alguna medida, reclamamos. Pero cuando esa necesidad se torna en dependencia de otra persona para conseguir la propia felicidad, la relación está enferma y no sé muy bien si merece la pena una mínima lucha de supervivencia.
No se puede obligar a nadie a que te quiera, pero tampoco se puede pretender que tú seas lo único que quiera.
