Arropados por el calor de la chimenea y el titilar de la luz de las velas, casi intuyendo las caras, pero clavando unos ojos centelleantes en otros...las noches inundadas de oscuridad y nieblas, nos ayudan a expulsar las obsesiones, los sentimientos que nos torturan; pero también a derramar las esencias.lunes, 10 de diciembre de 2007
Fin de semana
Arropados por el calor de la chimenea y el titilar de la luz de las velas, casi intuyendo las caras, pero clavando unos ojos centelleantes en otros...las noches inundadas de oscuridad y nieblas, nos ayudan a expulsar las obsesiones, los sentimientos que nos torturan; pero también a derramar las esencias.
