Ilustración: Ingrig BaarsPresentir es tener la intuición de que algo va a suceder; es sentir algo antes de que realmente ocurra. Y por eso mismo, porque se trata de sentimientos, tendrían que estar siempre relacionado con la parte buena que estos esconden. Por eso, los presentimientos tendrían que ser delicados, intensos y sobre todo agradables. Sería como abrir de par en par la puerta de todo lo bueno, ese momento en el que se diera rienda suelta a nuestros mejores sentimientos. Sin embargo, mucho me temo, que cuando alguien dice: "lo presiento", realmente está diciendo que algo desafortunado deambula de un lado a otro de nuestra existencia.
Yo hoy tengo ese presentimiento carente de dulzura; me acompaña desde hace días. Ojalá pudiese deshacerme de él.

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