lunes, 22 de diciembre de 2008

Lágrimas ¿de verdad?

Son muchas las ocasiones en las que resulta complicado, por no decir imposible, contener las lágrimas. Brotan sin que seamos capaces de detenerlas y cuantos más esfuerzos hacemos por evitar que salgan, con más ansia manan.
Hay lágrimas repletas de tristeza y las hay inundadas de felicidad; sin embargo, las que hoy quisiera mencionar son las fingidas.

Porque existen personas que hacen de sus llantos un arma que no dudan en utilizar cuando lo creen más conveniente. Son lo que yo llamo "los actores del sollozo" y son tan buenos actuando, que sólo puedes ver en ellos lágrimas de sinceridad cuando en realidad, detrás, no hay más que una gran mentira. Hacen de la lástima su abanderada sabiendo que la persona que tienen frente a ellos no se puede resistir a los "cristalitos envenenados" que salen de sus ojos.

Y sí, provocan mi lástima más profunda, pero no por el llanto en sí, sino por la tristeza que me produce pensar que se creen sus lágrimas sin darse cuenta de que, al final, es a ellos mismos a los que están mintiendo.

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