viernes, 4 de abril de 2008

George Eliot. "El velo alzado". 1859.

Bertha, ¿ cómo puedes querer a Alfred?.
Se me quedó mirando sorprendida durante un instante, pero muy pronto recuperó su leve sonrisa para responderme con acento sarcástico:
-¿Qué te hace suponer que lo quiero?
-¿Cómo me preguntas eso?
-!Vaya!, ¿tu experiencia te hace creer que debo amar al hombre con quien voy a casarme?, eso sería lo más desagradable del mundo, me pelearía con él, tendría celos, llevaríamos nuestro ménage sin ninguna educación. Un poco de contenido desprecio contribuye a dar elegancia a la vida.
-Bertha, ésos no son de verdad tus sentimientos, ¿por qué te encanta tratar de engañarme inventando frases tan cínicas?.
-Nunca me tomo la molestia de inventar nada para engañarte, mi pequeño Tasso, la manera más sencilla de engañar a un poeta es decirle la verdad.

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