jueves, 24 de abril de 2008

Tu dolor

Mi anterior post era para ti, Soledad y hoy, después de haber pasado parte del trago amargo que te ha tocado llevarte a la garganta, mis reflexiones se centran en el dolor. Y en realidad, ¿existe más soledad que la del dolor? No importa el tipo de dolor, si es el del alma o es el del cuerpo. En realidad creo que los dos están íntimamente unidos. El dolor moral, desemboca -tarde o temprano- en nuestros frágiles cuerpos. Y sin embargo, el dolor que hoy te invade es puramente corpóreo; es ese dolor personal, que no se puede transferir; ese dolor que nadie puede soportar por ti, por mucho que los que te rodeamos queramos ocupar tu lugar para, entre todos, hacerlo más soportable.

La realidad es que tu dolor, sólo puedes superarlo tú, sólo tú puedes vencerlo con tu fuerza...esa que tienes, que siempre has tenido y que ha moldeado tu identidad convirtiéndote en la persona que eres. Hoy tu fuerza mental influirá de forma decisiva en ti y va a poder con la debilidad física que durante años ha ido en tu busca y que tú, con gran entereza y ofreciéndonos a todos la mejor de tus sonrisas, el mayor de los optimismos, minimizando todo para no hacer sufrir a los demás, has soportado de forma estoica. Uno no debe rendirse al dolor, tú jamás lo has hecho y en esta dura batalla que has comenzado a librar, no va a poder contigo. Dicen que el dolor tiene un umbral más allá del cuál no se puede sufrir más. Demuestra lo alto que está tu umbral y resiste. Es duro, pero pasajero; escaparás de él antes de lo que crees. Igual que ha llegado, desaparecerá.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo también creo que el dolor conlleva soledad, por mucha gente que tengas alrededor, sobre todo cuando éste es muy intenso. Sin embargo, si no se acompaña del dolor moral, el del cuerpo, estoy segura, se rebaja con cariño, con grandes dosis de cariño.
Ánimo.