sábado, 1 de marzo de 2008

Sueños

Cari Gustav Jung, definió el sueño como: "Una parte de actividad psíquica inconsciente, que tiene lo suficiente de consciente como para ser reproducible en estado de vigilia".
El mismo año que Cari Gustav Jung nació, el investigador de sueños F.W.Hildebrandt, escribió: sobre el sueño: "El sueño a menudo nos deja mirar profundidades y pliegues de nuestro ser que casi siempre nos son vedadas en estado de vigilia. Nos trae tan finos chispazos del conocimiento de nosotros mismos, que al despertar nos queremos asombrar de los demonios que con ojos de lince nos miran a la cara."
El filósofo Aristóteles le dio al sueño la denominación: "Espejo del alma".
¿Con qué definición quedarse? Las tres me parecen tan descriptivas y profundas, y a la vez tan sencillas que no sabría elegir.
Sirva esto de introducción para evocar uno de mis sueños recientes. ¿Sueño o realidad? En ese momento que estás en pleno sueño no distingues, no eres capaz de discernir si está ocurriendo de verdad. Suelo soñar en color, me dicen que es raro, pero casi todos mis sueños son así. Sin embargo, éste no tiene color, sólo sonidos, porque me desperté con mi mano en la oreja, a modo de teléfono, y manteniendo una conversación con otra persona. Fue tan extraño. No me desperté de repente, como en otras ocasiones en las que lo hago y me descubro llorando sin recordar bien el contenido del sueño. Simplemente siento mis sollozos. En esta oportunidad me desperté hablando, como si alguien me escuchase en alguna parte. Fue una sensación extraña. Rápidamente busqué el teléfono, como si quisiera demostrarme a mí misma que sí había estado hablando y que el teléfono se cayó de mis manos sin darme cuenta y yo seguía con mi conversación, desperezándome. Por supuesto, el teléfono no estaba en la cama, estaba en su sitio. Comprobé, no obstante, que no había sonado, que no había ninguna llamada. Me mantuve despierta largo rato, sin poder desprenderme de esa sensación tan inusual, tan poco reconocible, tan extraña.
Puede que sea cierto que los sueños son el espejo del alma y que nos muestra un conocimiento de nosotros mismos que nos resulta casi imposible asimilar. ¿Quizás es que es en los sueños donde realmente nos mostramos tal y como somos, donde manifestamos nuestra esencia? O tal vez, como decía Freud: "Los sueños son una forma de realizar deseos y que muchos deseos son el resultado de deseos reprimidos o frustrados".
Quién sabe...a mí me encanta soñar. Aunque en la mayoría de las ocasiones ese sueño pueda recordarlo apenas un instante... está en mí, forma parte de mí.


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