Si miro hacia atrás me doy cuenta de que nunca he tenido miedo, entendiendo el miedo como ese sentimiento que surge por la sensación de una amenaza. Nunca me he sentido amenazada. Pero la realidad es que no existe humano ni animal que no sienta miedo, por un simple instinto de supervivencia y defensa. El hecho de estar alerta ante los peligros hace que se perpetúe la especie. Éste es el miedo que Doña Pilar Jericó denomina como: "equilibrante", por su asociación a la prudencia. El problema llega cuando este miedo equilibrante se prolonga en el tiempo y sin ningún tipo de justificación aparente (siempre recordaré a una amiga, compañera de piso en la universidad que por las noches tenía que tener todas las puertas de la casa abiertas y había que acompañarla al baño porque no se atrevía a salir del salón).Entonces ¿qué es el miedo? ¿cómo definirlo? Si acudimos a los griegos resultará fácil explicarlo.
Venus, diosa del amor, mantuvo un romance con Marte, dios de la guerra. De él nacieron cinco hijos: Cupido (dios del amor erótico), Anteros (dios del amor correspondido), Cocordia (diosa del equilibrio y la belleza), Fobos (la fobia) y Deimos (el miedo). Como vemos, el miedo por tanto procede de la unión del amor y la guerra.
De este modo, en una pareja que siente amor, siempre existirá el temor a perderlo.
Miedo al rechazo, al fracaso, a no poder llegar a fin de mes, miedo a sufrir algún tipo de cambio en nuestras vidas e incluso, miedo a la felicidad.
Otro de los habituales, sería el miedo al dolor, creo que ese es universal. No conozco a nadie que no tema al dolor. Yo soy un claro ejemplo. Pero no temo sólo al dolor físico, temo al dolor del alma, al dolor mental manifestado en debilidad. He sentido los dos tipos de dolor y el del alma es tan dañino que es capaz de reflejarse en dolor corporal...huyo de él para que no me atrape.
Creo que también tengo miedo a vivir (y eso que no era miedosa) y ese miedo es el que más me perjudica. Miedo a salir del nido en el que me siento protegida y en el que sé que ni siquiera el dolor puede alcanzarme porque siempre tendré las manos de mi madre.
Pero, y ¿cómo se vence el miedo, ese miedo del que hablaba antes, ese que se prolonga en el tiempo? Según Doña Pilar Jericó, antes mencionada: "para superar los miedos lo mejor es centrarnos en nuestra motivación trascendente, aquella que nos empuja a seguir adelante a pesar de los riesgos".
Victor Frankl fue un psiquiatra judío que pasó la segunda guerra mundial en varios campos de exterminio, entre ellos Auswitz. Según él, no se salvaron de aquel infierno los más fuertes, ni los más cultos, ni los mejor preparados, sino aquellos que tenían una motivación más allá de su propia vida: "cuando salga escribiré un libro", "cuando salga veré a mis hijos", "cuando salga contaré esto al mundo".
Como decía Nelson Mandela:
"No es valiente quien no tiene miedo, sino quien sabe conquistarlo".

2 comentarios:
Y el Miedo al fututo?
El miedo al futuro es el miedo a vivir, no te parece?
Publicar un comentario