En un mundo dominado por los colores, yo siempre me he sentido especialmente atraída por las sábanas blancas. Desde pequeña me ha gustado verlas tendidas por mi madre al sol, perfectamente alineadas y por tamaños... ocupando toda la cuerda, asemejándose a una pantalla de cine. Surgía la necesidad de acariciarlas y olerlas, pero nada comparable a las sensaciones que se experimentan al meterte en una cama con las sábanas recién puestas, bien planchadas... Ese frío de algodón que provoca la posición fetal inicial hasta que las sábanas van cogiendo la temperatura de mi cuerpo, se adaptan a mí y me sumerjo en un sueño profundo de sábanas blancas...domingo, 1 de junio de 2008
Sábanas
En un mundo dominado por los colores, yo siempre me he sentido especialmente atraída por las sábanas blancas. Desde pequeña me ha gustado verlas tendidas por mi madre al sol, perfectamente alineadas y por tamaños... ocupando toda la cuerda, asemejándose a una pantalla de cine. Surgía la necesidad de acariciarlas y olerlas, pero nada comparable a las sensaciones que se experimentan al meterte en una cama con las sábanas recién puestas, bien planchadas... Ese frío de algodón que provoca la posición fetal inicial hasta que las sábanas van cogiendo la temperatura de mi cuerpo, se adaptan a mí y me sumerjo en un sueño profundo de sábanas blancas...
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